Por: Diego A. Sosa Sosa
Hamburgo, Alemania
Endeudarse lleva a las personas a convertir el día más grandioso con relación a las finanzas en un día trágico. Hemos llegado a llamar al salario como sueldo cebolla; es que nos hace llorar. Pero la realidad es que el problema no es el sueldo, no son los ingresos reducidos, sino nuestra
forma de gastarlo.
Adelantamos el futuro cuando gastamos lo que no hemos recibido… empeñamos nuestro bienestar cuando automatizamos ese procedimiento.
Muchos llegan a creer que son genios de las finanzas personales al trabajar con varias tarjetas de crédito, haciendo malabares con las fechas de corte y consiguiendo un alto nivel de estrés el último día de pago. La realidad del caso es que una vez usted se subió en la bicicleta, la rueda trasera no alcanzará nunca la delantera. Lo que quiero decir es que sólo ha
conseguido adelantar sus gastos un mes o mes y medio, pero no más. A menos que comience a pagar intereses y moras... lo que consigue con eso es consumir menos de lo que usted recibe, porque con los intereses que paga no está comprando absolutamente nada.
Me explico, el primer mes compra cosas que pagará con el dinero que cobrará dentro de 20 días, adelantamos la compra. Al hacer lo mismo el siguiente mes, ya no estamos adelantando nada, simplemente comenzamos a vivir un mes por adelantado, no más que eso. No es como muchos piensan que cada mes se ganan un mes, sólo se ganó el primero, nada más.
La mentalidad que hace rico a los ricos e independientes y felices a los sabios, es todo lo contrario; lo que logra la libertad financiera es el ahorro, o sea, primero acumular y después comprar, no comprar y luego pagar. Me preguntarán: ¿Cómo cambio ahora mi situación? Bueno, hay varias cosas por hacer.
• Si tiene deudas, es hora de salir de ellas. Si son muchas, es un buen momento para consolidarlas porque los bancos tienen muy buenas tasas de interés. Haga un resumen de sus deudas, con el monto y las cuotas que eroga mensualmente. Luego hable con su asesor en el banco y hágalo abiertamente, muéstrele todo, no le esconda nada. Trate de conseguir que le presten para pagar todas sus deudas y páguelas. Ahora tendrá una sola cuota y de más bajo interés. Pero no salga a gastar nuevamente, quédese con una sola tarjeta, y sólo para emergencias, de lo contrario, estará en poco tiempo en una peor situación.
• Comience a retrasar sus compras. Si fue tan hábil para adelantarlas, lo considero sumamente inteligente para retrasarlas. Dese cuenta que la mayoría de las cosas que paga el día de cobros, pudo haberlas comprado un mes más tarde, o quizás dos, o tal vez pudo no haberlas
comprado. Eso me lleva al punto de comprar las cosas por impulso… déle tiempo a la compra y verá que hará una mejor elección. Pero, en resumen, retrase las compras que pueda, sólo compre lo necesario, y digo, lo estrictamente necesario. Insisto, ahora quédese con una sola tarjeta y sólo para momentos de urgencia.
• Páguese a usted primero. El diez por ciento de lo que reciba debe ir a una cuenta aparte, una que usted no vea. Y eso desde que recibe el dinero, no del que sobre porque nunca sobrará. Ya lo sé, dirá que no es posible pagar deudas y ahorrar al mismo tiempo… sólo le pido que lo intente, verá que sí puede, que el experimento sale bien y que rinde sus frutos.
En resumen, cambie su hábito de adelantar las compras y fortalezca la disciplina de ahorrar, verá cómo consigue retirar el estrés financiero de su vida y dentro de poco tendrá una vaquita que le servirá para iniciar cualquier inversión, ya sea para su propia casa o para su plan de pensiones que lo hará libre financieramente.
martes, 8 de junio de 2010
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